domingo, 1 de noviembre de 2015

Barça, comunicación todo a 100

Pocos podían imaginarse que a los observadores del Fútbol Club Barcelona les iba a resultar más sencillo contratar a un goleador que a un director de comunicación. Sin embargo, los últimos elegidos para esta responsabilidad se cuentan a uno por año desde hace varias temporadas.

El club, tradicionalmente capaz de convertir un abanico de posibilidades en un catálogo de inconvenientes, trabaja con varios tipos de comunicación en función del tema sobre el que se pronuncia o del directivo que se expresa; el entrenador tiene la suya propia, casi todos los futbolistas ninguna, sus abogados otra diferente, por ahí van las secciones y el resultado de todo ello es multiplicador: los problemas del Barça parece que cuenten por tres.

De cualquier modo, el principal diagnóstico que se puede hacer de esta situación es que el Barcelona se ha vulgarizado en este asunto hasta ponerse a la altura de la mayoría de clubes de fútbol al carecer de convicción, estrategia y personal adecuado para dirigir el cotarro. Si nos centramos en la que debería ser la acción comunicativa más destacada de los últimos meses, destinada a frenar la crisis surgida a raíz del partido en San Sebastián de la pasada temporada, el análisis es desolador: la reacción fue anunciar un escenario depresivo y una convocatoria de elecciones. En lugar de tranquilizar a quienes entrenaban o jugaban en el club y al resto de trabajadores de la entidad se prefirió cerrar el pico a los opositores y demás componentes del manido entorno.

Todavía habrá quien piense que gracias a esa representación se consiguió ganar el triplete aunque no se ha usado ningún argumento para corroborarlo. Nos encontramos en una nueva era en que la comunicación requiere motivación: quienes nos escuchan, leen o visualizan reclaman que se les hable de las cosas que les interesan y la comunicación del Barça aún no ha sido capaz de asentar canales de diálogo con sus propios directivos y trabajadores, periodistas, competencia y aficionados.

Ya hace más de una década que el director de comunicación del Barcelona reparte concesiones entre los medios de comunicación para que estos puedan hacer promociones de productos oficiales del club. Mientras se prefiera a un experto en mercancías de bazar en lugar de a un puente entre la institución y el periodismo los problemas seguirán pareciendo triples.









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